LA VIDA DETRÁS DE LA SONRISA

    Érase una vez una familia granjera que vivía en un pueblo alejado de la ciudad la familia estaba compuesta por Raúl el hombre Sandra la mujer y Albert el niño.

    Sandra salía todas las mañanas a trabajar a un Restaurante muy peculiar en la ciudad , la familia no era muy rica que digamos por eso todas las mañanas salía temprano para poder ir caminando hasta la ciudad ya que era la que traía el dinero a su casa, para poder pagarle la quimioterapia a su hijo de 10 años.

    Mientras que Raúl se quedaba a cargo de su hijo ya que le encantaba pasar el rato con él y ver a su hijo sonreír a pesar del problema que tenía.

    No se podían explicar cómo su hijo estaba todo el día sonriendo sabiendo lo que le pasaba

    Ya que Albert padecía de cáncer infantil con tan solo 10 años, los padres cada día se quedaban más sorprendidos al ver que su hijo sabiendo la enfermedad que tenía siempre estaba con una sonrisa en la cara.

    Sandra estaba dispuesta a conseguir el dinero suficiente para poder pagarle los tratamientos a su hijo costase lo que le costase ya que su hijo era lo más importante que tenía.

    Semanas después fueron al hospital y el medico les dijo que ya tenía el tratamiento para ponerle a Albert pero el medico les dijo que era muy caro, Sandra le dijo que tenía el dinero suficiente para pagarlo.

    Su hijo gracias al tratamiento fue mejorando día tras día sus padres estaban muy contentos y Sandra estaba muy orgullosa de haber trabajado tanto para que su hijo se recuperara.

 “No siempre tiene que ser la mujer que cuida y el hombre el que trabaje para sacar a su familia adelante”